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Foto del escritorAnna Alonso García

Mi pequeña Linda

En algún post mencioné que Linda fue más que mi perrita y junto a ella descubrí algo maravilloso, una de las muchas habilidades psiquicas que tengo.

¿Cómo lo descubrí?

Tranquilos os pongo en contexto:

Como todo, cuando eres niño todo es increible, tanto para lo bueno como para lo malo, todo se maxifica. Nuestra historia empezó cuando ambas fuimos pequeñitas, en un pueblo de León de vacaciones y desde el primer momento hubo una conexión especial entre las dos.

Podía ver a través de sus ojos esa expresión, esa complicidad, como si ya nos conocieramos, ese..."¡por fin estás aquí, no me dejes!"

Linda era mezcla de pastor alemán con mastín, era una perrita que estaba abandonada y llegó en un momento difícil para mí ya que acababa de perder a mi primer perrito no hacia mucho. En cuanto la ví pedí a mis padres que la dejaran quedarse conmigo, no tenía casa y estaba muy asustada, a lo que aceptaron y ahí empezó nuestra historia. Después de muchos años me doy cuenta que yo no la salvé a ella sino que ella me salvó a mí.

Nos salvamos mutuamente.

Bueno...ahora ya os he presentado a mi reina, hoy en día ya no está en este plano con nosotros, han pasado muchos años pero para mi nunca habrá otra igual.


Ahora adelantamos en el tiempo al momento clave:

En ese momento de la historia no solo tenía a Linda, tenía 3 perros, la mayor era ella, sabia, educada, responsable, con grandes habilidades para el combate y a la vez miedosa de cualquier ruido más fuerte de lo habitual. Sultán, un galgo irlandés, enorme, inteligentisimo, con una fuerza increible, veloz y muy noble, mi padre lo cogió en un veterinario para que hiciera compañia a Linda y por último también tenia a Dik hijo de Linda y fruto de una escapada nocturna donde conoció a un Husky... jejejeje

El hecho es que Dik era un escapista nato, trepaba por las verjas de la parcela cual mono y se iba.

Mi padre muy molesto por su comportamiento y complicaciones que traia como consecuencia de sus escapadas una y otra vez, decidió que si volvía a pasar se desharía de él. Yo era pequeña y no sabía que hacer para solucionar aquel problemón, así que frustrada me senté como siempre a hablar con Linda. Ella también se preocupó al entender que la situación era muy delicada, más de lo que ella creia.

Le propuse un plan:

Sultán, cuando amaneciera al día siguiente abriria el pestillo de la verja principal con los dientes y con la pata abriría la maneta. Una vez la puerta estuviera abierta ella debería irse con Sultán como si se hubieran escapado y Dik se quedaría justo delante de la puerta abierta y no se marcharía, demostrando que también puede quedarse en casa y portarse bien, ya que él era incapaz de ver la puerta abierta y salir a la carrera.


Amaneció al día siguiente y al despertarme miré por la ventana que daba a la verja principal y sorpresa estaba abierta, entonces di un salto y fuy corriendo rezando por que Dik estuviera allí delante y no se hubiera marchado con ellos.

Efectivamente él estaba allí, mirandome con cara de..."menudo aburrimiento"... y no sabeis lo feliz que me hizo. No solo que estuviera allí sino confirmar que nunca había sido mi imaginación que siempre me pude comunicar con ellos y fue uno de los días más increibles que recuerdo. Desde entonces nunca más he dudado.



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